Desde las encuestas de enero, la población se ha mostrado sensible a las alzas de precios, en particular el sector femenino. La última encuesta de la PUCP, En Lima muestra que sólo un 28% de mujeres aprueba la gestión presidencial. En una encuesta similar de hace un mes lo aprobaban el 38% de mujeres. Está claro que las que más desaprueban al presidente García son las mujeres, es decir, las que se enfrentan con los precios de la inflación en el mercado.
Especialistas proponen incrementar sueldos a trabajadores y medidas para reducir dependencia de productos importados. “Se debe proteger a la población más pobre”, dicen.
Tal como lo entienden las amas de casa, inflación es: ir al mercado con diez soles para hacer el mercado y regresar a casa con la canasta semivacía. La razón: el kilo de pollo que costaba S/. 4.50, hoy cuesta S/. 6.40, la botella de aceite de S/. 4.80 (julio 2006) está hoy día a S/. 6.70, igual que la leche de tarro que pasó de S/. 2.10 (julio 2006) a S/. 2.40.
Con razón las señoras que a diario sufren “el desorden económico” del gobierno de Alan García, sobre quien ya se cierne la sombra de su pesadilla más concurrente, lo desaprueban mayoritariamente según la última encuesta de la Universidad Católica.
“Es claro que algo está sucediendo en la economía que el gobierno no está detectando ni solucionando, y que no se explica por la llamada inflación importada”, sostuvo el congresista Yonhy Lescano (AP), quien descartó que el repunte inflacionario se explique por los desastres naturales que interrumpen las carreteras o por las lluvias o por agentes externos, porque en similares condiciones en los años 2000 al 2006 la inflación sólo promedió 2% anual.
“Lo que hay es un desorden económico, hay un falso crecimiento de la demanda interna (en base a crédito y remesas del exterior) que se ha concentrado en una presión de compra por alimentos en los sectores de bajos ingresos”, explicó el congresista. “Por consiguiente, un instrumento estructural para bajar la inflación es que las empresas eleven las remuneraciones de los trabajadores, para aumentar su poder de consumo”, propuso.
El magíster en economía Pedro Márquez explicó que “la inflación la sienten más los pobres, porque al subir los precios, su capacidad de compra se reduce”. Es decir si antes una persona podía hacer su mercado con 10 soles, ahora tendría que hacerlo con 13 ó 14 nuevos soles.
“En consecuencia, atacar la inflación debe suponer atacar los problemas que existen por el lado de la oferta de bienes. El gobierno ya debería estar trabajando en reducir nuestra dependencia de productos importados como el maíz, el trigo, entre otros”, apuntó.
El economista Jans Cavero, también fue del parecer de proteger siempre a los más pobres, por lo que para enfrentar un proceso inflacionario sugirió un incremento de sueldos y salarios, en particular el mínimo vital.
Fuente: La Primera.
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