Un día, mientras caminaba por la calle, Alan es trágicamente atropellado por un camión y muere. Su alma llega al Paraíso y se encuentra en la entrada a San Pedro.
-"Bienvenido al Paraíso, -le dice San Pedro-. Antes de que te acomodes, parece que hay un problema. Veras, muy raramente un alto político ha llegado aquí y no estamos seguros de que hacer contigo. Lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el Paraíso y luego podrás elegir donde pasar la eternidad".
Y con esto San Pedro acompaña al político al ascensor y baja, baja hasta el infierno, las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club y de pie delante de el estaba Victor Raúl y todos sus amigos políticos que habían trabajado con el, todos vestidos con traje de noche y muy contentos, corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo. Juegan un agradable partido de golf y luego por la noche cenan juntos en el Restaurante Gourmet del club con langosta. Comparten la noche con hermosísimas y liberales jovencitas. Se encuentra también al diablo, que de hecho es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando. Se esta divirtiendo tanto que, antes de que se de cuenta, es ya hora de irse, todos le dan un apretón de manos y lo saludan mientras sube al ascensor.
El ascensor sube, sube, sube, y se reabre la puerta del Paraíso donde San Pedro lo esta esperando.
-"Ahora es el momento de pasar al Paraíso".
Así que el político (inescrupuloso, ciertamente), pasa las 24 horas sucesivas pasando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Antes de que se de cuenta, las 24 horas ya han pasado y San Pedro va a buscarlo.
-"Ya has pasado un día en el infierno y otro en el Paraíso, ahora debes elegir tu eternidad"
Caballo loco reflexiona un momento y luego responde:
-"Bueno, el Paraíso ha sido precioso, pero creo que he estado mejor en el infierno".
Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja, baja, baja, hasta el infierno. Cuando las puertas del ascensor se abren se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de excremento y desperdicios. Ve a todos sus amigos vestidos con trapos, recogiendo los desperdicios y metiéndolos en bolsas negras.
El Diablo lo alcanza y le pone un brazo en el cuello.
-"No entiendo -balbucea el político-. Ayer estuve aquí y había lindas mujeres, un campo de golf y un club, y comimos langosta y caviar, y bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es un terreno desértico lleno de porquerías..., y mis amigos parecen unos miserables".
El Diablo lo mira, sonríe, y dice: "Ayer estábamos en campaña. Hoy..., ya votaste por nosotros..."
Colaboración: Herald
-"Bienvenido al Paraíso, -le dice San Pedro-. Antes de que te acomodes, parece que hay un problema. Veras, muy raramente un alto político ha llegado aquí y no estamos seguros de que hacer contigo. Lo que haremos será hacerte pasar un día en el infierno y otro en el Paraíso y luego podrás elegir donde pasar la eternidad".
Y con esto San Pedro acompaña al político al ascensor y baja, baja hasta el infierno, las puertas se abren y se encuentra justo en medio de un verde campo de golf. A lo lejos hay un club y de pie delante de el estaba Victor Raúl y todos sus amigos políticos que habían trabajado con el, todos vestidos con traje de noche y muy contentos, corren a saludarlo, lo abrazan y recuerdan los buenos tiempos en los que se enriquecían a costa del pueblo. Juegan un agradable partido de golf y luego por la noche cenan juntos en el Restaurante Gourmet del club con langosta. Comparten la noche con hermosísimas y liberales jovencitas. Se encuentra también al diablo, que de hecho es un tipo muy simpático y se divierte mucho contando chistes y bailando. Se esta divirtiendo tanto que, antes de que se de cuenta, es ya hora de irse, todos le dan un apretón de manos y lo saludan mientras sube al ascensor.
El ascensor sube, sube, sube, y se reabre la puerta del Paraíso donde San Pedro lo esta esperando.
-"Ahora es el momento de pasar al Paraíso".
Así que el político (inescrupuloso, ciertamente), pasa las 24 horas sucesivas pasando de nube en nube, tocando el arpa y cantando. Antes de que se de cuenta, las 24 horas ya han pasado y San Pedro va a buscarlo.
-"Ya has pasado un día en el infierno y otro en el Paraíso, ahora debes elegir tu eternidad"
Caballo loco reflexiona un momento y luego responde:
-"Bueno, el Paraíso ha sido precioso, pero creo que he estado mejor en el infierno".
Así que San Pedro lo acompaña hasta el ascensor y otra vez baja, baja, baja, hasta el infierno. Cuando las puertas del ascensor se abren se encuentra en medio de una tierra desierta cubierta de excremento y desperdicios. Ve a todos sus amigos vestidos con trapos, recogiendo los desperdicios y metiéndolos en bolsas negras.
El Diablo lo alcanza y le pone un brazo en el cuello.
-"No entiendo -balbucea el político-. Ayer estuve aquí y había lindas mujeres, un campo de golf y un club, y comimos langosta y caviar, y bailamos y nos divertimos mucho. Ahora todo lo que hay es un terreno desértico lleno de porquerías..., y mis amigos parecen unos miserables".
El Diablo lo mira, sonríe, y dice: "Ayer estábamos en campaña. Hoy..., ya votaste por nosotros..."
Colaboración: Herald
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