CENSO CON DETENCIÓN DOMICILIARIA

¿Estamos hoy los peruanos con detención domiciliaria?

¿Luego de ser censados, podemos salir a circular libremente?

¿Nos pueden detener?

Ha habido respuestas para todos los gustos, pero en el artículo 65 del Decreto Supremo 035-2007-PCM (http://censos.inei.gob.pe) se establece que estamos obligados a permanecer en nuestros domicilios, entre las 8 de la mañana y las 6 de la tarde, independientemente de haber sido censados o no.

El presidente ha llamado quejosos y poco colaboradores a quienes cuestionan esta medida extrema. Hay, sin embargo, argumentos de hecho y de derecho que justifican la protesta. Por un lado, no es el primer censo que se hace en el Perú y en todas las ocasiones anteriores se pudo circular luego de haber sido censados. En segundo lugar, porque la Constitución garantiza el derecho "a transitar por el territorio nacional" y este solo puede ser restringido "en caso de perturbación de la paz o del orden interno, de catástrofe o de graves circunstancias que afecten la vida de la Nación".

Se podría argumentar que, si bien se está violando la Constitución, se lo hace por una buena causa. Con esa lógica, el día de mañana alguien encontrará alguna otra buena causa (o no tan buena) que, a su juicio, justifique violar ese u otro artículo de la Constitución.

Otro tema confuso y polémico: ¿podemos dejar de contestar parte o todas las preguntas del censo? En esto el presidente se ha sumado a los críticos diciendo que quien se sienta incómodo o intimidado con la pregunta referida a la religión que profesa debe negarse a contestarla. Obviamente que de allí podemos deducir que si hay otras preguntas que nos causan el mismo efecto, podemos hacer lo mismo.

Solo que hay un pequeño problema. El Decreto Supremo 035-2007 lleva la firma de Alan García y señala, en su artículo 44, que "todo peruano está obligado a proporcionar la información que se solicita en la cédula censal a requerimiento del empadronador". En el artículo 76 se señala, además, que quien no cumpla esta obligación será objeto de una multa. ¿A quién le hacemos caso? ¿A Alan o a García?

La mayoría de los peruanos estamos haciendo la vista gorda ante estas incongruencias, con la expectativa de que el censo sea una herramienta útil para el país. Ojalá que sea así. Pero quedan dudas. Para empezar: ¿se justifica hacer un nuevo censo cuando ya hubo uno el 2005? Se dice que el que hizo el INEI cuando Farid Matuk lo dirigía no sirvió para nada. Por su parte, Matuk -que es un experto internacional en estos temas- insiste en que usó una metodología moderna y muy común en la región y que lo que el Gobierno quiere ahora es maquillar cifras. Las acusaciones son graves. ¿Hay alguna auditoría técnica independiente que ayude a dilucidar por dónde anda la verdad?

Ya frente al censo mismo hay varias inquietudes adicionales: ¿hay suficientes empadronadores? (hace pocos días faltaba un buen porcentaje). ¿Estarán preparados para manejar un cuestionario complejo y con más de 60 preguntas? (varias de ellas requieren ser respondidas con detalle y no solo marcar opciones). Son varias las quejas y muchas las preguntas. Pero, con los antecedentes de ineficiencia que caracterizan al Estado peruano, son preocupaciones legítimas. Ya que nos tuvieron presos todo un domingo, lo menos que podemos demandar es que el resultado lo compense.

Fuente: Perú 21- Carlos Basombrío.

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