Es pertinente reiterar que una verdadera carrera magisterial debe ser por cargos y no por niveles virtuales.
La Carrera Pública Magisterial aprobada este año, no constituye para nada un mecanismo para mejorar la calidad educativa, ni es estímulo para los docentes.
Por ejemplo, los 151 maestros que han aprobado el universalmente cuestionado examen para nombramiento, si es que son nombrados, a decir de ellos mismos, no constituye ninguna ventaja puesto que trabajarán más horas por semana y ganarán menos que los docentes de 24 horas.
Lo siguiente es opinión de los propios docentes postulantes. Los que aprobaron el examen, están en peor circunstancia que los que no aprobaron el tristemente famoso examen, puesto que estos pueden postular a futuros contratos en cualquier año, mientras que ellos (los 151), si son desaprobados de acuerdo a la Ley de Carrera Pública Magisterial, no podrán postular nunca más. Sus títulos, en la práctica, serán anulados.
Los que no aprobaron, pueden no tener un contrato este año, pero tienen sus posibilidades abiertas. Los que aprobaron, si son retirados de la CPM, no tendrán ninguna otra oportunidad.
Tampoco existe la esperanza de un mejor salario puesto que no solo no ganarán más, sino que las esperanzas de una mejora en su haber deberá esperar que el gobierno convoque a concurso para ascenso, que haya presupuesto, que hayan pasado todos los exámenes para despido, que hayan aprobado los exámenes para ascenso, que hayan ganado a otros postulantes (según los cupos dispuesto en la ley de CPM); todo esto para ganar unos 100 soles más después de varios años de servicios. Y ellos no podrán trabajar en otra institución particular u otro cualquier trabajo para completar su canasta básica, por el aumentado número de horas de permanencia.
Tampoco el sistema educativo se verá beneficiado, puesto que los niveles educativos a los que los mejores accederán son solo "virtuales" por decirlo de alguna manera, ya que no implica alguna responsabilidad adicional en el colegio y menos en el sistema educativo. Para que los ascensos sean reales, y no sólo vanos símbolos, los niveles deberían implicar cargos. Es decir, la Carrera Pública Magisterial con cupos mínimos, debería ser por cargos y no por niveles virtuales. En lugar de los virtuales niveles, deberían ser los cargos los peldaños de ascenso (asesor, subdirector, director, especialista, jefe, consultor, etc. en la institución educativa, en los órganos intermedios y en el propio Ministerio, correspondientemente).
¿Cuál es el efecto de los niveles virtuales si no implica una mejora sustancial en los haberes (tomando en cuenta el alza del costo de vida, los requisitos y extensos plazos para el asenso y las mayores exigencias de desempeño) ni la asunción de más altas responsabilidades de los mejores docentes? Evidentemente, ningún efecto positivo ni para el profesor ni para el sistema educativo. Para los docentes, la CPM sólo significa más responsabilidades (que los asumen con agrado), más tiempo de trabajo, más riesgos de despido y menor salario. Para el sistema educativo, significa mantener el status quo, puesto que no promueve el ascenso de los mejores maestros a cargos superiores para que con su calidad y experiencia puedan inyectar ciencia pedagógica al sistema educativo. Tampoco modifica las relaciones de poder entre las autoridades educativas de las instituciones y los docentes.
Así, amigo lector, la conclusión lógica es que se debe promover una verdadera carrera magisterial por cargos y, consecuentemente con más altos niveles remunerativos y responsabilidades para los mejores profesores.
Fuente: Weblog publicado por Albor.
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