El Perú es un país muy rico en biodiversidad. Es uno de los 10 grandes bancos genéticos del mundo y dependemos en gran medida de esta riqueza.
De las 25,000 especies de plantas que poseemos (10% del total mundial), la población utiliza 5,000 especies en diversos usos.
Somos el primero en especies nativas domesticadas (128 sp). El primer país en variedades de papa, ajíes, maíz, granos andinos, tubérculos y raíces andinas. Por ejemplo, en una hectárea de cultivo de papas en el altiplano de Puno, es posible encontrar hasta 3 especies de papas y diez variedades. Esto es más que todas las que se cultivan en América del Norte.
Los transgénicos, organismos genéticamente modificados, llamados con justicia bizarros o Frankenstein, han sido ya rechazados por muchos países pues arrastran efectos nocivos para el hombre.
El Perú no debe comprometer su pureza genética y su incomparable reino natural, por un plato de lentejas preparado por cocineros inescrupulosos e inexpertos.
Tan sólo por prudencia, debemos cerrar las puertas a los transgénicos y entender que hoy más que nunca la salida a la pobreza de nuestros campesinos pasa por la agricultura orgánica, en la que tenemos grandes ventajas comparativas y donde no caben cuentos chinos.
Fuente: Samuel Morante.
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