Aquí te presentamos un video que aborda de
manera divertida uno de los más recientes
escándalos de corrupción en nuestro país.
La historia nos ha demostrado que la corrupción existe desde que el hombre dio su primer respiro. Pues, éste ha crecido de la mano, sentado sobre su regazo, o también, pero en menor medida, negándole la intrusión a su aún, casta conciencia, y a ese bolsillo “pobre pero honrado”.
Es que el ser humano es así, encaminado siempre hacia lo fácil, hacia lo cómodo, para lograr lo que desea de la mejor y más rápida forma; acortando distancias, optando por las rutas mas abreviadas y con las cuales esté seguro que al final de ellas, se topará con la “minita de oro”, o con el “faenón” de su vida.
En una última encuesta del Barómetro del Grupo de Opinión de la Universidad de Lima, el 56 % de los jóvenes entre 18 y 27 años consideran “alto” el nivel de corrupción en el sector público y un 52 %, en el privado. Además, el 54.8 % de los mismos, sentencian como “poco efectiva” la lucha contra la corrupción.
Y nada más cerca de la realidad…
El hombre, a diario, se jacta de su aptitud para la viveza, sobre todo si con ella puede conseguir los manjares más preciados y asegurar su vejez sin tener que afiliarse a ninguna AFP. Por ello, en todos los rincones de nuestro andar es casi seguro toparnos con esos “vivazos”, “sapos” que bracean caleteados en las profundas y turbias aguas de ese pantano llamado Corrupción.
A esta gente no se le hace difícil “romper” manos si lo considera peldaño imprescindible para la consecución de su fechoría. La meta es cegadora por la más “pura” brillantez y, los pasos previos, movimientos fríos de las piezas claves (tontas, pero claves) que sirven para conseguir el triunfo en el único ajedrez que produce taquicardia y cuentas millonarias en bancos de algún paraíso fiscal del caribe tropical.
El poder que detentan los órganos del Estado, los cuales administran y gestionan, de alguna u otra manera, nuestros aportes, son los más vigilados por la ciudadanía y medios de comunicación, y con la misma intensidad, también, reconocidos por los jóvenes, sin dejar de advertir la presencia de manos negras, también, en la esfera privada.
Frente a esta pecaminosa actividad, el Estado planifica y expone nuevas medidas purificadoras. Cada mes, cada temporada. Ante un nuevo escándalo de corrupción, éste alista a su mejor orador frente a una cámara, para que explaye un flamante plan contra aquellos funcionarios que obraron mal, o del que simplemente, se hicieran públicas sus vociferadas perpetraciones a los bolsillos de los ciudadanos. Por la boca muere el pez, dicen algunos. Y luego, se cortan cabezas, o las congelan para protegerlas, alejando así el miasma de esa multitud que clama por una sanción.
Fuente: www.universia.edu.pe
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