HORROR CON EL FRIAJE
Nos hemos quedado sin aliento e impresionados, al ver las imágenes de un niñito puneño llevado por su madre en brazos, después de haber recorrido cientos de kilómetros, pidiendo ayuda en las precarias y abandonadas postas médicas, hasta poder llegar a pie al hospital mayor provincial, donde la hicieron esperar horas, mientras que el niño agonizaba retorciéndose de dolor y falta de aire, por la neumonía fulminante que lo había atacado.
Al final de esta tragedia el niño murió. La helada le quemó los bronquios y sus huesitos entumecidos no soportaron tanto frío, a más de 13 grados bajo cero. No hubo vacunas (en el mercado salvaje cuestan más de 200 soles) y el Estado no llegó a tiempo. ¿Que habrá pensado este pobre angelito de la sociedad peruana? ¿Como habrá podido evaluar tanta indiferencia, contando solamente con el valor de su madre, india puneña que vive en extrema pobreza?.
Pero qué es lo que está pasando en nuestro país, donde vivimos una etapa de "triunfos económicos y políticos del actual gobierno". Somos los campeones en derrotar a la pobreza y extrema pobreza, según los indicadores que no se ajustan a la realidad y habrá que revisarlos. Nos hemos convertido en tigres sudamericanos, donde aisladamente del resto de países de América del sur, tenemos el lujo de hacer TLC con todo el mundo, hasta con el diablo, si fuera posible, sin importar las funestas condiciones futuras.
Este atentado contra la niñez de Puno, debiera hacernos reflexionar a todos. Este anónimo niño representa ya a 146 que van muriendo en tan solo un mes por las heladas que se presentan todos los años y nunca hay prevención. Esto ha demostrado la ineficiencia de todos los sectores estatales, llenado de una plaga de insensibles burócratas: Defensa Civil (campeones en simulacros), autoridades de Salud, judiciales, Pronaa, hasta llegar a la propia Defensoría del Pueblo. El Premier Yehude Simon, del partido humanista debería estar avergonzado de tener a un ministro de Salud legalista y al que ahora lo llaman "Poncio Pilatos", porque se lava las manos.
Mientras los burócratas están en los aeropuertos, ganando horas extras, con movilidad permanente, ante "la gripe porcina", que no ha matado a ningún peruano, en Puno la muerte acecha a indefensos niños, peruanos, desnutridos y en extrema pobreza, que no pueden defenderse de la muerte porque están anémicos.
Fuente: Rolando Ramos Novoa.
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