La profundización de las reformas neoliberales que viene aplicando el gobierno aprista tiene como pretexto buscar mejorar la calidad de vida de los peruanos, pero en el fondo lo que hacen es disparar con la escopeta de dos cañones, es decir engatuzar a los grandes mayorías y hacer creer que las leyes benefician a los peruanos, mientras, por otro lado, dan leyes que realmente alientan la voracidad de los empresarios capitalistas.
El ministro del medio ambiente, Antonio Brack, también ha salido en defensa del decreto legislativo 1090 y ha dicho que las modificatorias forman parte del TLC entre los Estados Unidos y el Perú, si es que se deroga se estaría poniendo en peligro la implementación del TLC .
Por supuesto que esto es el fondo del asunto : los intereses de concesionar para la exploración maderera de miles de hectáreas cuyo uso es y ha sido por generaciones parte del modo de vida de las etnias originarias de la selva.
El día que el estado peruano pueda mostrar una estrategia nacional de manejo de áreas forestales y un sistema de monitoreo efectivo podremos hablar de concesiones. Mientras tanto ese tema de las concesiones se reduce a implantar la ley del dinero y llevar la polución y destrucción ecológica.
Como es tan difícil para algunos mercantilistas ponerse en el lugar de otro, sobretodo de peruanos de culturas distintas pero que tienen todo el derecho de vivir en paz, les propongo un ejercicio muy sencillo para ver si así entienden el problema de los pueblos nativos de la selva.
Digamos, sólo para establecer paralelos, que para ellos la selva es su hábitat así como para nosotros lo es la ciudad, y que la gigantesca Amazonía es el verde que ven cada mañana como nosotros vemos nuestro parquecito urbano de 1000 metros cuadrados donde juegan nuestros hijos (y si no lo tenemos igual lo quisiéramos, es parte de nuestra cultura).
Además de ello, la fauna y flora que rodea a los nativos no sólo es decorativa sino también su fuente de trabajo y de recursos, y así lo que para nosotros es el poder ir a trabajar, ganar dinero y comprar nuestros alimentos en los supermercados o nuestras medicinas en la farmacia, para ellos, la fauna y flora silvestres no son otra cosa que su medio de subsistencia.
Ahora reemplacemos el "bosque forestal" por "el parque frente a mi casa" y "bosque y fauna silvestre" por "medios de vida", y veamos que tan "bueno" le parecería el Decreto Legislativo 1090 a un limeño, por ejemplo:
Artículo 3°:"3.3 El Ministerio de Agricultura, como Autoridad Nacional de Parques Urbanos y Medios de Vida, es el órgano normativo respecto del aprovechamiento sostenible del parquecito frente a mi casa y de mis medios de subsistencia, promueve su conservación y tiene a su cargo el diseño, ejecución, supervisión y evaluación de la Política Nacional de Parque Urbanos y medios de subsistencia. (...)"
Ya no se lee tan bonito ¿Verdad?
Probemos con el art. 9° TITULO III: APROVECHAMIENTO DE PARQUES URBANOS Y MEDIOS DE VIDA
Art. 9°.- El aprovechamiento del parque frente a mi casa y de mis medios de vida se realiza mediante la concesión en las siguientes modalidades:
a) Concesión en subasta pública.
b) Concesión en concurso público.
c) Concesión por iniciativa privada(...) Y así sucesivamente.
Ya se va entendiendo porque el 1090 les suena a pesadilla a los pueblos nativos. Un Estado que los ha excluido desde siempre hoy viene a decidir, no la explotación de recursos naturales nacionales, como alega García, sino si ellos tienen o no derecho a sobrevivir o en todo caso a vivir en paz de la manera que ellos siempre lo han hecho. Un Ministerio de Agricultura, que desde que se creó nunca ha podido diseñar una Política Agraria ni siquiera en la Costa, va ahora a decidir cómo conservar racionalmente el hábitat que ellos han preservado y cuidado ejemplarmente desde siglos.
Más allá de las intenciones o la dudosa "modernidad" del D.L. 1090, lo que reclaman los nativos es su necesaria participación en aquello que les compete directamente: su hábitat y sus medios de subsistencia. Sobre esto el Estado no tiene nada que hacer, porque el ser humano es el fin del Estado y no al revés.
Mientras que en todo el mundo los gobiernos de países desarrollados piden oficialmente disculpas a los pueblos nativos por las agresiones cometidas por el Estado frente a los derechos indígenas en nuestro país se va a contracorriente. Para comenzar, en primer lugar los pueblos nativos son CIUDADANOS, como todos nosotros. Tienen derecho al acceso a los servicios publicos negados durante decenios y siglos. Las condiciones en que se puede observar como operan postas medicas, escuelas, por no decir inexistentes juzgados, bibliotecas, son paupérrimas. Ahora, en el colmo de la agresión se intenta asignar tierras de zonas que colindan con sus tierras comunales para la explotación maderera y petrolera, con el consiguiente deterioro del medio ambiente. Es decir no basta dejar sumidos a nuestros pueblos originarios en el abandono, ahora hay que llevarles la polución de la economía hasta sus tierras. Los awajun, wambisas, ashaninkas y mas de doscientas etnias dependen del equilibrio del medio ambiente. Su existencia esta en riesgo por la explotación descontrolada de los recursos.
Fuente: Herald
Fuente: Herald
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