En el artículo anterior describimos el sistema educativo finlandés de manera genérica, ahora ingresaremos al aula: las condiciones, implementación, el desarrollo metodológico y funcionamiento, se supone, de uno de los mejores colegios del mundo de acuerdo con las evaluaciones internacionales como PISA organizadas por la OCDE (confirmarán tal situación si obtienen resultados similares en PISA 2009 que se publicará a finales del próximo año).
Todos los colegios de Finlandia tienen una similar implementación. Por ejemplo el colegio Högstadieskolan Lönkan cuenta con una biblioteca espaciosa y buena iluminación, salas de cómputo (muy similares a las mejores del Perú, pero con máquinas más modernas). En los pasadizos hay gavetas colocadas donde los estudiantes pueden dejar ropas, libros u otro material escolar (así no tienen que ir cargando enormes maletas como ocurre en Perú). Por otra parte, en los colegios que visitamos no observé espacios recreativos en el patio del colegio como las plataformas deportivas que tenemos en el Perú, pero sí hay pequeñas salas de recreación en el interior, una respuesta a esta inquietud nos manifestó una de las profesoras que en invierno se llega a temperaturas muy bajas por tanto serían de poca utilidad.
Por regla general todas las aulas en todos los colegios están implementadas con presentadores digitales (Digital Presenter) y/o pizarra digital, un ordenador (computadora) en el pupitre del profesor con acceso a internet, un data display sostenido al techo, un televisor, DVD, radio, un VHS. En esta clase PM, la maestra de Ética, no utilizará estos materiales porque trajo material impreso “siempre es bueno variar”, dice. “Se utiliza mucho la pizarra digital, porque se puede escribir en ella, analizar un texto real como el artículo de un periódico, demostrar una manualidad, etc. Solo hace 3 años implementaron; aunque mi sueño es que cada alumno o cada dos tengan una computadora, de tal forma puedo trabajar con lecturas (digital) o utilizar herramientas del internet, etc.” nos explicó. En la mayoría de los colegios y las aulas, hay un estante donde se dispone de libros (pequeña biblioteca de aula) y otra donde se guardan trabajos, cartillas léxicas, textos escolares, etc. El aula es amplia y tiene iluminación natural, pero reforzada hasta por 8 reflectores y sistemas de calefacción (sobre todo de mucho uso en invierno). Las aulas no están repletas de papelotes, como los tenemos a veces en el Perú con el cuento de practicar el constructivismo, hay algunos trabajos de árbol familiar, composiciones texto-imagen en un mural especial dentro del aula, esto no es común a todas las aulas.
Respecto a los textos escolares, no hay libros obligatorios. Los profesores escogen los libros que deben leer los estudiantes. “En el bachillerato (16 - 18 años)- nos cuenta Ann Lois Edström- no utilizamos libros en las clases de Inglés. Sacamos textos de periódicos, novelas, (…), miramos el vocabulario, traducimos… esto depende de la escuela, otra escuela decidirá trabajar con libros. Yo he decidido que es mejor que lean textos reales” (ALE, 2009).
En esta mañana de otoño me tocó estar de alumno en el colegio secundario Högstadieskolan Lönkan, junto con chicos de secundaria de 15 años, octavo grado. Recorrimos los pasillos y esperaban 13 alumnos (9 mujeres y 4 varones) para recibir clases de Ética, curso optativo y compatible con Religión. Pia, la maestra de Ética, ingresa al aula y mientras los estudiantes se acomodan en sus asientos, ella saca del estante las carpetas de trabajo (fólderes) y distribuye a cada uno, acompañando unas hojas impresas. En este caso no tenían un libro escolar sobre Ética por eso la maestra trabajó con fotocopias, las cuales se les otorga gratuitamente.
Desde el principio los estudiantes se muestran muy conversadores; cuando la maestra pide comentarios a menudo levantan la mano para participar 4 ó 5 alumnos al mismo tiempo, esto lo administra la profesora dando oportunidad a todos, en este caso el tema era los Derechos Humanos. La clase lo desarrolla en sueco, pero a veces utilizaba el inglés (tal vez por mi presencia, ya que no entendía nada en sueco y veía que iba muy retrasado en relación a mis ocasionales compañeros) enfatizando su concepción sobre el tema: “Los Derechos Humanos es entre el Estado y tú, no entre los vecinos y tú…”. Después de una primera ronda de participación la profesora solicita leer. Una estudiante lee en voz alta y buena entonación. La profesora pide discriminar el texto y lo hacen sistemáticamente, luego opinan libre y espontáneamente sobre el contenido, interpretan el texto, se involucran en la clase y comparan con la vida real; y finalmente explica la profesora a manera de conclusión; así, en esta oportunidad, mientras finalizaba una estudiante levantó la mano y participó.
Una regla general es que todos participan en clase, tienen mucha inquietud (al inicio de la clase tuve que soportar una batería de preguntas desde mi edad hasta qué religión tenía, pasando por cuántos estudiantes había por aula en el Perú, y en clase tuve que explicar algunos hechos sobre Derechos Humanos en nuestro país) y durante toda la clase los alumnos hablaron poco más que la profesora, para muestra tomamos 10 minutos del momento central de la clase y ver los tiempos (material grabado); de un total de 10 minutos la profesora utilizó 3’51’’ y lo estudiantes 6’09’’, respectivamente.
Como en toda clase y en algunos pasajes mientras algún estudiante habla otro se distraen y la profesora llama la atención con suma normalidad, pero casi durante toda la clase están “conectados” con el tema, y algo importante, estos chicos de 15 años, octavo grado tienen claro qué deben aprender y qué es lo que quieren.
Como se percibe, la metodología no tiene mucho de extraordinario al margen de las interacciones dinámicas con metas cognoscitivas y sociales. Una secuencia aproximada sería la siguiente: empoderamiento de los objetivos de la clase, introducción o exploración de conocimientos, lectura, planteamiento de interrogantes o problemas, amplia participación de los estudiantes (opiniones y argumentos razonables) y conclusión; de hecho que esto no es rígido, se va acomodando al ritmo del tema y de los estudiantes. Debo advertir al respecto que tampoco existen métodos didácticos eficaces que aseguren el éxito pedagógico, ni soluciones sin comprender los complejos problemas del aula; y tampoco existe la descripción del mejor modo de enseñar. Dicho en otras palabras, ahora el problema no es tanto el método, sino la forma en cómo éste es operacionalizado en el aula.
Le preguntamos a la profesora Edström, si sus metodologías estaban basados en el constructivismo u otras teorías, nos respondió con una sonrisa: “No soy muy buena en esto de las metodologías… no te sabría decir exactamente qué es lo que hago… cuando enseño inglés, enseño comunicación en inglés, les enseño a comunicarse con la lengua. No me importa si no conocen toda la gramática pero tienen que saber comunicarse. Esto es algo que hacemos en toda Escandinavia…”(ALE,2009). Por su parte, Gerd Granvik, la rectora, nos dijo “que los alumnos aprenden a formar su propio conocimiento y nosotros intentamos ayudarlos. No damos clases magistrales mientras ellos nos escuchan. Es más activo. Ellos nos preguntan mucho... Nosotros intentamos empezar algo y hacer que los alumnos quieran saber más” (GG, 2009). En Finlandia se asume que los maestros son profesionales y pueden pensar por ellos mismos, decidir qué quieren enseñar y cómo lo quieren hacer. Los profesores deben de saber lo que tienen que hacer.
En la segunda parte de nuestra visita observamos el aprendizaje del inglés como lengua franca, gracias a la profesora Päivi Westerlund, quien amablemente nos aceptó como alumno suyo en su clase. La inquietud y participación de los estudiantes se manifestó de manera similar. En este curso, sí se utiliza libro de texto. La profesora utilizó la pizarra digital donde los estudiantes escribieron con marcadores digitales en inglés, luego la profesora explicó el objetivo de la clase y coloca un DVD, video titulado: “Inconvenient truth”. Aquí hay algo que resaltar, los estudiantes no solo aprenden inglés sino ciencias, el documental explicaba (en inglés fluido) sobre los peligros que atraviesa nuestro planeta a causa de las contaminaciones, el calentamiento global, etc., con muchos datos.
Respecto al comportamiento de los estudiantes, por la naturaleza de su edad supongo, es hiperactiva y nada angelical, de hecho uno de ellos al verse sorprendido me preguntó si mis alumnos en Perú se comportaban mejor. La profesora nos comentó que antes del inicio del año escolar (este año fue el 18 de agosto) negocian profesores y estudiantes, es una manera de controlar la disciplina.
Por otra parte, se observa que hay sentido de grupo entre ellos, si un compañero se queda rezagado o desanimado los otros le apoyan emocional y académicamente, así como lo harán también los profesionales del colegio. Comparten trabajos, lecturas, de seguro varios de ellos han leído algo en el periódico ese día, y claro, como en el resto de Europa hay periódicos gratuitos como Metro que se edita en finés.
La lengua de instrucción oficial es el Finnish (Suomea), sueco (Sverge) y Lapp (Sami), aunque ésta última minorizada, y el inglés como lengua extranjera. Cada colegio tiene su propia lengua de instrucción y los hablantes nativos asisten a la escuela compatible con su propio idioma. “Somos bilingües. Hay dos lenguas nacionales. Esta es una escuela de habla sueca pero vivimos en Finlandia así que a fuera tenemos que hablar en finés. Todos nuestros alumnos son bilingües. Muchos de ellos tienen la madre que habla sueco normalmente y el padre finlandés o al revés. Además, hablan inglés fluidamente y algunos de ellos hablan una cuarta lengua. Así que todos hablan 3 ó 4 lenguas. Son muy buenos en las lenguas” nos comentó Gerd Granvik.
Finalmente, la evaluación no viene de arriba, del Ministerio de Educación u otro organismo. La hacen ellos en la propia escuela/colegio. Los profesores evalúan el trabajo de los estudiantes y los estudiantes hacen lo propio. Se planifica y se decide en el interior del colegio qué evaluarán y cómo lo harán, no lo dice nadie de arriba. Hay confianza.
Hasta aquí una breve descripción de la práctica educativa en Finlandia, y espero, nos permita dilucidar qué hace la diferencia, no solo en educación sino en Desarrollo Humano. Es hora de despertar de esa larga somnolencia y la agonía de nuestra educación, sobre todo los gobiernos (nacional, regional y local), las universidades y todos los actores educativos. Invertir en educación, ciencia y tecnología es una oportunidad para el bienestar de todos y un frente esencial para enfrentar las desigualdades e incrementar la productividad.
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