La atención pública estará zarandeada por ilusiones, intereses, dádivas, palabras y promesas sin sentido, para una población que pone sus esperanzas en promesas y sueños que “venden” utilizando todos los recursos que el marketing –y el dinero- les permite y les pone a mano.
¿Qué decir de lo que nos depara en el sector Educación en los meses que le quedan al actual gobierno? Poco en política educativa. Sí en directivas, que cual “testamento paterno” deja a los docentes y comunidad lo que se debe hacer para que el proceso educativo no se detenga. Esto lo repiten de rey a paje en el sector educación ¿por qué tanta advertencia? Mejor, ¿por qué tanto temor? Y si es así ¿A qué?
Hemos visto que de nada sirve reflexionar sobre cosas concretas en la educación peruana, salvo para decir que se cumplió con tal o cual cosa, pero nada sustantivo que vaya acompañado o respaldado por una investigación que se convierta en política educativa. Todo lo contrario, basta que se realice un estudio, una investigación, un diagnóstico para que las autoridades del sector reaccionen ignorándolo. Esto lo hemos tenido durante cinco años y quienes ejercen aún las funciones de confianza son solamente fieles seguidores de directivas políticas.
Ahí queda la decisión 12 del Acuerdo Nacional, el Proyecto Educativo Nacional, las Propuestas de políticas de educación del Consejo Nacional de Educación.
De otro lado a inicios del 2010 el CNE dio a conocer un Pronunciamiento titulado “Impulsar las Mejoras de la Educación Peruana” En este documento se reconoce que el aumento de recursos en el sector permitió ejecutar varios programas orientados al desarrollo magisterial, las nuevas tecnologías, la alfabetización, el acompañamiento docente, el manteamiento preventivo de las escuelas. Pero se hacía hincapié en que el crecimiento del presupuesto de Educación no llega aún al 0.25% anual del PBI ocasionando déficit de infraestructura y equipamiento y limitaciones para lograr una cobertura adecuada y aminorar la deserción escolar.
Se advertía en dicho documento que se habían vencido los plazos para el diseño de la nueva Ley Orgánica del Ministerio de Educación y tampoco se habían definido las competencias para cada una de las instancias de la gestión. Todo ello interrumpe el proceso de descentralización e impide el desarrollo de una nueva gestión que permita tener un diagnóstico de situaciones previas y anticiparse a problemas con soluciones idóneas e inmediatas.
El pronunciamiento del CNE expresaba también que es imperativo acelerar la culminación de estas tareas para el fortalecimiento de la capacidad de gestión de las instituciones educativas y para definir con claridad el rol de los gobiernos locales en educación. Recomendaba, además, que habría que evitar los constantes cambios de directores regionales de Educación. Advertía dejar de lado el intento de generalizar la municipalización de la educación en todo el país. (Sabemos qué se hizo a pesar de la advertencia). Se sugería que hubiera variadas formas de organización escolar, que incorporen servicios de asesoría y capacitación descentralizadas y permanentes, adaptadas a contextos específicos urbanos y rurales en donde actúan las instituciones educativas. Se recomendaba que se emprenda un programa permanente de calificación de los cuadros gerenciales y técnicos en administración educativa. (CNE. Pronunciamiento. Lima, 28 de febrero de 2010).
También preocupaba que no se inicie el año escolar con todas las plazas docentes cubiertas, y que la Carrera Pública Magisterial estuviera obstaculizada por el apresuramiento en su implementación, por cambios apresurados en su normatividad, por denuncias de irregularidades en los recientes concursos de nombramiento y contrato que perjudican a miles de alumnos y docentes que aspiran a su trabajo. Se recomienda que se tomen las medidas pertinentes para evaluar lo avanzado y corregir las deficiencias. Se advierte sobre la corrupción recomendándose que se simplifique y modernicen los procedimientos administrativos, revisar la normatividad que origina conductas corruptas y abuso de poder.
Finalmente, algo que se va haciendo realidad: “…los institutos superiores pedagógicos están condenados a cerrar por la aplicación de la nota 14 como criterio para el ingreso y no por evaluación en base a altos estándares de su funcionamiento. Se pide que este requisito se elimine en los institutos superiores pedagógicos que forman docentes bilingües interculturales que las comunidades rurales y nativas necesitan. También se pide que se acelere la acreditación de los institutos superiores pedagógicos y las facultades de educación.
Si comparamos este Pronunciamiento 2010 con el del 2009 realizado por el Consejo Nacional de Educación que, no olvidemos, es el órgano especializado, consultivo y autónomo del Ministerio de Educación (Art.81 de la Ley General de Educación), podemos apreciar que de nada han servido las recomendaciones hechas anteriormente. ¿Cómo se podrá construir una educación de calidad si quien debe brindar el apoyo y decisión política no escucha al organismo que por Ley el compete hacerlo?
No se trata de buscar culpables sino dejar de manifiesto cómo el discurso desentona con la Ley General de Educación. Se impone una vez más el personalismo, la megalomanía frente a la ciencia y la experiencia. Por el contrario se busca demostrar que se puede hacer por la educación, lo que otros no hicieron. Así se saca de la galera de mago la creación de un Colegio Mayor Secundario, que contra todo análisis técnico y pedagógico se ha impuesto Se hizo oídos sordos de quienes opinaron en contrario. Se formuló el discurso que este Colegio nace porque el Perú necesita contar con líderes representativos de cada región del país que sirvan como referente, en su proceso de formación escolar, a sus pares en su localidad. (Prospecto del Colegio Mayor, 2009).
Si esta ha sido la razón para crear al colegio ¿por qué no se tuvo el coraje de cuestionar el sistema educativo nacional y dar las medias que se requería? ¿Si el sistema educativo nacional no puede formar a líderes representativos de cada región, para qué se sigue invirtiendo y no se lo cambia? Si se ha tenido la audacia de imponer el Colegio Mayor, no se tiene conciencia que con él se profundiza la exclusión a fuer del discurso sobre educación inclusiva que los responsables de la alta dirección de educación han predicado por radio, televisión y auditorios.
Otra perla de la inspiración constructiva del Presidente que se va, ha sido la reconstrucción de los colegios emblemáticos, primero en Lima (claro es en la capital donde le interesa que se vea la obra) y luego designar otros colegios emblemáticos a reconstruir en el resto del país. Sin duda se han modernizado y la publicidad se encarga de hablar de sus bondades. ¿Con qué criterios se hizo la reconstrucción?
Hacer tabla rasa de la ley y de responsabilidad de un Ministro –el de Educación- indican a las claras que no ha existido una política educativa que requiere concepción, disciplina para hacer que ella impacte en la estructura educativa, para que las acciones a realizar no sean fruto del impromptu del personaje que tiene el poder político e ignora que la educación es un proceso que tiene en cuenta el desarrollo de la persona, que ésta tiene derechos que respetar y no ser atropellados. Si no existe un mínimo respeto entre la política, el discurso y las acciones, los resultados no serán lo que se espera y nos contentaremos engañosamente con avanzar un puesto en PISA, sin decir que son menos los participantes y que Haití esta vez no participó.
El guión para 2011 podría estar representado por la “Directiva para el desarrollo del año escolar 2011 en las Instituciones Educativas de Educación Básica y Técnico Productiva.” ¿Podrán las autoridades de confianza monitorear su cumplimiento? Si nos atenemos a lo que expresa el rubro Objetivos “Normar las acciones de gestión pedagógica, institucional y administrativa, para el desarrollo del año escolar 2011…” pocas novedades habrá, salvo las reiterativas sobre matrícula, cuota de padres de familia, y otras puramente crematísticas.
Se ha anunciado que en el mes de enero 2011 se iniciará el proceso de nombramiento e incorporación de los docentes a la CPM. Pero se advierte que el primer proceso se hará de acuerdo a las vacantes que se declaren al 20 de enero ¿Por qué? ¿Acaso el Ministerio no tiene un registro nacional de las vacantes que se producen en el sector? Sin duda esto se prestará a muchas suspicacias. Se demanda transparencia, pero todo aparece como turbio. Ojalá nos equivoquemos, pero cuando los docentes emiten sus juicios es porque tienen razón o el mensaje no ha sido claramente difundido. El segundo proceso será para 40 mil plazas según indicó el vice ministro de gestión pedagógica. Llama la atención el anuncio de “que los docentes que aprobaron con puntaje 14 o más la Prueba Nacional Clasificatoria del Programa de Incorporación a la CPM de los años 2009, 2010 y del 2010-2011, serán exonerados, en forma excepcional, de esta prueba (MINEDU OFICINA DE PRENSA Y COMUNICACIONES 29 Dic. 10). ¿Será porque no se está cumpliendo con las metas anunciadas?
Quedan unos meses poco promisorios donde tendremos más de lo mismo y reiterado protagonismo presidencial interventor en un proceso educativo que debe ser llevado con profesionalismo pensando en el servicio a los excluidos, pensando en la composición cultural y étnica de nuestro país. Quedan muchos niños y jóvenes pobres excluidos tanto en nuestras ciudades como en las zonas rurales, grupos urbanos y aborígenes. ¿Puede hablarse de “territorios liberados de analfabetismo”, si se abona el terreno para sigan incubándose nuevos analfabetos?
Esperemos que no se siga confundiendo y engañando con decisiones que no aportan a la calidad de la educación tan requerida y pensar en el qué y por qué de las medidas educativas que se dan así como el rol de la institución educativa y de los docentes aportan a la consolidación de un Estado más democrático, más participativo, más solidario. No creamos en el espejismo que se es buen Ministro de Educación si se permanece en el cargo un quinquenio, sino que se identifique con la educación nacional. Educación es un sector demasiado importante para darlo como presea política. El titular de Educación debe estar bien informado y objetivamente, no sólo políticamente de los asuntos educativos nacionales — desde los problemas de carácter administrativo y técnico hasta los de orden económico y social— para que pueda contar con una actitud científica y altamente pedagógica que le permita observar las cosas con objetividad y proceder como un verdadero ejecutivo en función docente, eminentemente educativa. Y eso no lo hemos tenido, lamentablemente. Se ha perdido un quinquenio más con promesas y realidades que se quedaron en espejismos. Pongamos la esperanza en el nuevo año que iniciamos. Que sea justo, equitativo, solidario y verdaderamente inclusivo.
Fuente: autoeducacion-digital
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