Sute 17
En este país hay una Guerra que sí –más allá de la retórica
oficial– determinará el futuro de esta democracia: la gran disputa nacional en
torno a la educación pública.
La ofensiva de los
autoproclamados reformadores de la educación está compuesta por algunas de las
fuerzas más poderosas del país, entre ellos los hombres más ricos del Perú, el
gobierno neoliberal, el sector financiero, los grandes medios y cabilderos, quienes
afirman que el problema central de un sistema de enseñanza público en
descomposición son los maestros de baja calidad y sus sindicatos que defienden
el statu quo.
La solución que
proponen, financiada por miles de millones en fondos privados, es sujetar el
sistema de educación a un modelo empresarial guiado por ejecutivos, donde se
evalúa a los docentes exclusivamente en torno a exámenes estandarizados y se
mide todo por esquemas de datos bajo normas que se aplican al sector privado. A
la vez, se busca aplicar el libre mercado al sector educativo, con esfuerzos
para privatizar algunos segmentos y contratar cada vez más servicios del sector
privado en la enseñanza pública.
En esta guerra, el
enemigo son los maestros y sus sindicatos, a quienes culpan de resistir el
cambio, proteger sus intereses mezquinos, que ponen encima de los de sus
estudiantes, y de culpar a factores socio económicos por sus deficiencias.
Tal vez la expresión
mejor conocida de este argumento fue la película documental Esperando a Superman,
de 2010, que presentó un sistema educativo compuesto de maestros mediocres y
complacientes, casi como burócratas, padres de familia frustrados y sindicatos
del magisterio con el solo interés de proteger a sus agremiados. Según la
película, la única y mejor solución son las llamadas escuelas privadas, que
reciben fondos públicos, pero son administradas de manera privada, exentas de
varias regulaciones, entre ellas, la obligación de contratar sólo profesores
serviles, y algunas pueden ser operadas con fines de lucro (hay miles de
colegios privados en todo el país, y
ahora con la venta de colegios públicos suman más ). Los críticos acusan que
son la punta de lanza de la privatización.
Ineficiencia y mediocridad
El argumento sobre la
mediocridad e ineficiencia de la educación pública ha sido nutrido por informes
de instituciones y personalidades muy destacadas, desde el ministro de educación, a algunos de los medios más influyentes del
país. Que se han obsesionado con el hecho de que el sistema de enseñanza
pública ya no produce la calidad de trabajadores de alta capacitación técnica
que requiere el país para competir a nivel mundial, algo que Ollanta Humala ha
reiterado al insistir en que los estudiantes peruanos no pueden competir con
los coreanos. Un grupo de trabajo encabezado por el dizque pensador Leon Thratenberg,
dio la alarma de que el pobre desempeño educacional peruano en el contexto global representaba una grave
amenaza a la seguridad nacional.
Noventa por ciento de
los alumnos peruanos están en planteles públicos. El gasto estatal en enseñanza
no supera el 2.6 del PBI al año. el
debate sobre el futuro de la educación es en parte sobre empleo, poder y
dinero, y ahora es parte de la lucha ideológica entre el gobierno, como garante
del bien comunitario, y la competencia del mercado como un creador potencial de
excelencia.
Por lo menos desde hace
dos décadas (desde Fujimori hasta Ollanta) el estado obedeciendo las ordenes
del Banco Mundial ha invertido miles de
millones en intentos de privatizar la educación vía municipalización y ahora regionalización,
además de financiar centros de expertos, medios y periodistas, logrando imponer
su agenda a escala nacional.
Ellos ya definen y
determinan en gran medida el debate sobre las políticas en el sector en este
país, y tienen entre sus filas a los gobiernos regionales de casi todas las
principales regiones del país, hasta el propio ministerio de educación.
Privatización o escuelas privadas
Junto con ellos se ha
integrado a este movimiento reformista un sector de nula experiencia y,
anteriormente, ningún interés en la enseñanza pública: el financiero, que ahora
también financia escuelas privadas, promueve reformas para establecer el modelo
empresarial y condiciona sus contribuciones sustantivas a políticos en torno al
apoyo a iniciativas favorecidas por los reformadores.
Desde 2004, cuando el
entonces presidente Toledo promulgó la ley 28044 ley general de educación donde
se establece el uso de los resultados de exámenes estandarizados estatales a
estudiantes para medir el desempeño de maestros y escuelas, que en algunos
casos puede llevar al despido de docentes y hasta la clausura de planteles. Por
tanto, con cada año se obliga a que los maestros y administradores dediquen
cada vez más tiempo, esfuerzo y atención a estos exámenes, ya que determinan,
cada vez más, su futuro.
Al llegar Alan a palacio, su ministro de educaciión formuló
e hizo aprobar la ley de carrera publica
magisterial 29062 , que promueve más
medidas y programas para la evaluación estadística de estudiantes y maestros
con base en los exámenes, y la creación de más escuelas privadas.
Posteriormente el
Presidente Ollanta promulgo la ley de
reforma magisterial 29944 que es la corona del movimiento reformista
empresarial, y sus consecuencias se sienten a lo largo y ancho del país. Su
argumento fundamental es que, con base en estas reformas, los maestros por fin
serán evaluados con objetividad, y con ello hay un proceso de rendición de
cuentas en el sistema.
Mero negocio: antirreformistas
El problema, según los
críticos de estas reformas, es que ni el diagnóstico de los reformadores, ni
sus recetas están basadas en los hechos, lo cual ha llevado a críticos a
considerar que las reformas tienen más que ver con negocios y una visión
neoliberal que con la función y propósito de la educación pública. Citan
numerosos estudios, investigaciones y datos que demuestran que las reformas no
han generado los resultados prometidos, que el diagnóstico está viciado por
graves errores en evaluación. Subrayan que el eje del modelo de reforma, los
exámenes estandarizados, no puede ser usado para medir el desempeño de maestros
y escuelas, según expertos nacionales y hasta directores de algunas de las
empresas que se dedican a eso.
Por otro lado, en años
recientes se ha revelado que los
políticos han inflado y manipulado los resultados de los exámenes que tanto
señalan como pruebas del éxito de sus reformas.
“La educación pública está bajo ataque de las fuerzas de la
privatización, por gente que hace promesas falsas”
“La profesión magisterial está bajo ataque de aquellos que
culpan a los maestros por condiciones más allá de su control. Desean quitarles
su profesionalismo y convertirlos en técnicos de exámenes”.
“Si logran quitar a los maestros el derecho de Huelga y negociación
colectiva, silencian sus voces".
Fuente: Sute Sector XV.
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