El Calendario Cívico a nivel nacional señalen este
mes, al día 6, como fecha en que se debe tributar homenaje, celebrar, la dura
tarea de ser maestro en el Perú.
Cuando dentro de su
pobreza, años antes, podían los maestros y la mayoría de los peruanos vivir con
dignidad y en las aulas no se veía a los alumnos dormirse de hambre en plena
clase, cuando los maestros no tenían necesidad de ocupar su tiempo libre en
ocupaciones ajenas al suyo -pese a trabajar en su escuela, mañana y tarde- para
poder sobrevivir, porque el mísero sueldo que percibían -así y todo- les
permitía llevar a casa un pan decente, podía decirse aunque de dientes para
afuera ¡Feliz Día, Maestro!
Era que el Sol sin ser
de oro, alcanzaba para no morirse de hambre.
Al irse devaluando y no
reajustarse el salario de los obreros de la tiza y el pizarrón, en la misma
medida, como al de los otros trabajadores, ese mísero sueldo era un camino
seguro hacia la desnutrición, la miseria, la enfermedad y la muerte. Los
maestros a medio tiempo se vieron obligados a laborar los sábados y domingos
como carga latas en llenados de techo o ambulantes en mercadillos y ferias,
taxistas, tenderos o escribidores a máquina cerca a locales públicos: juzgados,
comisarías, etc. o de modistas, peinadoras, “chefs” de restaurantes o kioscos
para agachados.
Para decirles feliz día
a los maestros, hoy sábado 6 de julio, nos falta valor, hasta el teclado de
nuestra computadora se resiste a escribir esta mentirosa frase.
Gobernantes,
congresistas, senadores y diputados que llegaron a esos puestos gracias a
maestros que les enseñaron a leer y escribir, al tener llenos de dinero sus
bolsillos y cuentas bancarias se olvidaron de posibilitar un Perú con su
magisterio dignamente pagado para asegurar un rendimiento magisterial también
bueno y tener una educación con excelencia.
Por eso esta noche (no
día) del maestro, las organizaciones clasistas, las que no obedecen consignas
de partidos politiqueros, celebran el injusto trato que reciben saliendo a la
calles a manifestar su protesta y en sus locales sindicales rindiendo homenaje a
los maestros que prefirieron prisión o cayeron muertos antes que vivir
arrodillados ante el poder que en estos últimos 50 años retacea a los
trabajadores, a los maestros y sus organizaciones, vende al extranjero nuestras
recursos naturales a precios irrisorios, convirtiendo al país en un mendigo a
merced de los vecinos, hoy más fuertes económica, militar y culturalmente a la
espera de algún pretexto para invadirnos y apoderarse de nuestro territorio a
costa de la vida de campesinos, obreros, pequeños burgueses que son los que en
un 90% conforman los efectivos del ejército nacional.
Maestro (a) ... de Inicial,
Primario, Secundario. Universitario, de Instituto Superior:
A ti, que conociendo la
sacrificada pero delicada tarea de formar trabajadores manuales o intelectuales
con correcta conciencia social, escogiste esta profesión de ser el obrero de la
tiza y el pizarrón;
A ti que con vocación de
servicio, cumples penosamente tu labor en las aulas antipedagógicas que ponen a
tu disposición en las escuelas públicas;
A ti que de la magra
propina que te dan a cambio del magisterio que cumples te vez obligado a
separar una parte para comprar los materiales didácticos que necesitas para
dirigir el aprendizaje en aulas atiborradas de alumnos, sentados en mobiliario
incómodo, adobes o piedras;
A ti que en tu comunidad
y en las asociaciones de padres te proyectas como líder y conductor de tareas
que complementan tu misión;
A ti que en el sindicato
cumples digna y responsablemente tus obligaciones -sea en las bases o en la
dirigencia- aun corriendo el riesgo de persecuciones, encarcelamientos y a
veces hasta la muerte;
A ti maestro un fraterno
abrazo que tengas hoy 6 de julio, tú y tus compañeros de sacrificio, no un día
de descanso sino un día de lucha y protesta para que sus demandas puedan ser
escuchadas, a la par que hagan una serena reflexión en el camino que falta
recorrer en la terca tarea de garantizar y lograr una educación pública gratuita que es un irrenunciable
derecho de los pueblos y conseguir finalmente la relegada dignificación
magisterial.
La consabida frase
“feliz día’’ se niega a ser escrita este día de protesta para los maestros
dignos, cuya felicidad está en el trabajo responsable con sus niños, jóvenes o
adultos en sus aulas.
Fuente: Colaboración del profesor Antonio
Sulca Effio.
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