Durante estos últimos
días en que el Sindicato Unitario de Trabajadores en la Educación del Perú
(SUTEP) ha puesto contra las cuerdas al gobierno con sus medidas de fuerza,
muchos sectores se han preguntado de dónde saca recursos para actuar este
polémico gremio docente.
Para algunos críticos,
la respuesta podría encontrarse en los astronómicos recursos que maneja la
Derrama Magisterial, el fondo que administra Patria Roja a través del SUTEP y
que se nutre de los aportes mensuales de cada maestro.
Cabe precisar que
durante el primer gobierno de Alan García se dispuso que el Ministerio de
Educación descontara su cuota a cada maestro para la Derrama.Sin embargo,
durante el segundo gobierno aprista, a fines del 2006, el Ejecutivo optó por no
seguir efectuando el descuento -según refiere una investigación de la revista
Poder-, y fue entonces que la directiva de la institución se vio obligada a
solicitar que cada maestro autorizara por escrito el descuento de sus haberes.
Desde el 2007 el aporte es voluntario.
LOS MILLONES. De acuerdo
con la información que figura en su propia página web, la Derrama Magisterial
administra fondos ascendentes a S/.1,537 millones 905,493, que corresponde a la
evolución positiva de sus recursos, si se tiene en cuenta que estos eran de
S/.647 millones 889,628 en el 2004.
Precisamente, en su
portal institucional la Derrama señala que registra utilidades de "manera
sostenida" desde hace 12 años, pues en el 2011 obtuvo más de 53 millones
de soles en ese rubro, incrementando sus propios recursos en 11.1%.
Gracias a estos ingentes
recursos es que esa entidad, que debe funcionar como un fondo de previsión
social, ha logrado invertir en diversas áreas, como los sectores construcción y
turismo, aproximadamente desde el 2002.
Se sabe que actualmente,
esta institución cuenta con seis hoteles a nivel nacional como el Nasca Lines,
en Nasca; el Mossone, en Ica; el Plaza, en Ayacucho, el Gran Hotel Tacna; el
hotel San Jerónimo, en Cusco; y El Mirador, en Moquegua.
La Derrama también posee
centros recreacionales para uso exclusivo de docentes, como el centro
recreacional Sarapampa, en Asia; el de Huaychulo, en Huancayo; el de Wanakawri,
en Cusco; el de Simbal, en Trujillo; y dos más en Arequipa y Ñaña.
Fernando Pazos, gerente
administrativo de la Derrama Magisterial, señaló en una reciente entrevista a
un diario local que esta institución apunta a invertir en proyectos de vivienda
y centros comerciales, además de haber puesto la puntería también -aunque no de
modo inmediato- a invertir en una caja de ahorro y crédito
Según la propia Derrama,
desde 1995 la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP supervisa de manera
permanente sus actividades.
Cabe precisar también
que la Derrama Magisterial, según sus propios estatutos, está dirigida por seis
miembros, cuatro de ellos miembros militantes del gremio del SUTEP, un vocal en
representación del Ministerio de Educación y un vocal representante del
Sindicato de Docentes de Educación Superior del Perú (Sidesp).
Como se sabe, la cúpula
del SUTEP está bajo el control del Partido Comunista del Perú, Patria Roja
desde hace varios años.
En ese sentido, cabe
mencionar que Pablo Helí Ocaña Alejo, actual presidente del directorio de la
Derrama Magisterial, es un activo militante del citado partido de izquierda
extrema.
DURAS CRÍTICAS. Al
respecto, el destacado economista Carlos Adrianzén señaló que la
Superintendencia no hace un adecuado control de esta institución y sería
peligroso que invierta en una caja de ahorro y crédito.
"La Derrama es una
especie de intermediaria que no es bien supervisada por la Superintendencia.
Son muy timoratos. Sería preocupante que a una entidad con escaso control, de
la que no se sabe cómo funciona, se le permita comprar un banco. Se trata de un
gremio comprando un banco. Ya nos ha pasado, ya sabemos quiénes van a pagar los
platos rotos si eso fracasa", dijo.
Señaló que los
directivos de la Derrama usarían políticamente sus recursos si es que se
adueñan de un banco, "y hay que tener en cuenta que los pedagogos no son
buenos banqueros".
"Para comenzar, la
Superintendencia no debería permitir a la Derrama intermediar, que es lo que
hace, menos aún comprar una caja de ahorros, porque su manejo no es
precisamente transparente y no se sabe qué tan bien maneja los recursos",
advirtió.
Agregó que no hay que saber
demasiado de la historia de la Derrama para darse cuenta que se creó "como
un botín político", porque se le entregó el control a un sindicato.
"Eso de los montos
deducidos a la inmensa cantidad de maestros a nivel nacional, ¿cuánto es?
¿Cuánto de lo prestado se ha recuperado? Lo peor que puede hacer un
intermediario es prestar a quien lo necesita, en lugar de prestar a quien puede
repagar", consideró. (Fuente: diariocorreo.pe)
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