Científicos estadounidenses aseguran que tienen más problemas para controlar su conducta y que llegan a tener un desarrollo normal del cerebro tres años más tarde que un niño normal.
Los niños y adolescentes que padecen trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) tienen demoras en el desarrollo de hasta tres años en algunas regiones del cerebro, señalaron investigadores estadounidenses.
"La secuencia en la cual diferentes partes del cerebro maduraban en los niños con TDAH era exactamente igual que en los chicos saludables. Es sólo que todo se demora por un par de años", dijo el doctor Philip Shaw, del Instituto Nacional de Salud Mental de Estados Unidos.
Shaw indicó que las demoras son más pronunciadas en las regiones cerebrales importantes para el control del pensamiento, la atención y la planificación.
El TDAH es una condición que padecen alrededor de 2 millones de niños en Estados Unidos y que suele hacerse aparente en la edad preescolar y en los primeros años de escolaridad. Los chicos con TDAH tienen más problemas para controlar su conducta y prestar atención.
El TDAH es una condición que padecen alrededor de 2 millones de niños en Estados Unidos y que suele hacerse aparente en la edad preescolar y en los primeros años de escolaridad. Los chicos con TDAH tienen más problemas para controlar su conducta y prestar atención.
La investigación ayuda a responder la pregunta sobre si el cerebro se desarrolla de manera distinta en los chicos con la condición o si simplemente lo hace de manera más lenta, señaló Shaw, cuyo estudio fue publicado en Proceedings of the National Academy of Science.
El estudio se basó en estudios con imágenes que incluyeron a 223 chicos y adolescentes con TDAH y 223 participantes sin el desorden.
La investigación ayuda a responder la pregunta sobre si el cerebro se desarrolla de manera distinta en los chicos con la condición o si simplemente lo hace de manera más lenta, señaló Shaw, cuyo estudio fue publicado en Proceedings of the National Academy of Science.
Mientras que los estudios previos habían dependido de mediciones de los cuatro lóbulos del cerebro, Shaw y sus colegas usaron una nueva técnica que les permitió medir el grosor del tejido cerebral en 40.000 lugares distintos de la corteza.
Los científicos se centraron en la edad en la cual el espesor de la corteza alcanzaba su pico máximo durante la niñez, ya que luego de la pubertad comienza a achicarse dado que se descartan las conexiones neurales en desuso.
El equipo de Shaw descubrió que en los niños con TDAH la corteza alcanzaba su máximo grosor a los 10,5 años en promedio, mientras que en los chicos sin el desorden lo hacía a los 7,5 años.
"Esa demora se trasladó a la adolescencia", añadió Shaw en una entrevista telefónica.
Fuente: Reuters
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