Leal, Ordenado, obediente, sumiso, responsable, limpio, sonriente.
Existe una frase de Einstein, que traducida sería algo como esto:“Los genios raramente son ordenados y los ordenados raramente son genios”.
Como todos sabemos este genio de la ciencia de niño no era buen alumno , como también tenemos el ejemplo de los presidentes norteamericanos como Kennedy, que se encontraba en el grupo de los “burros” y el de George Bush, que se encontraba en el grupo de los “aplicados”, ahora sabemos que las calificaciones solo son papeles inservibles que no pueden distinguir a un genio de un asesino ambicioso.
En el Perú, y desde que escuché aquella propuesta de premiar a los universitarios con mejores calificaciones para que ingresen a la carrera pública, supe que las propuestas del gobierno están completamente desfasadas y limitadas intelectualmente.
Ahora a través del reglamento de contratación, que estipula como requisito indispensable que los docentes pertenezcan al tercio superior de sus respectivas promociones, el presidente considera que la calidad de los maestros superará la actual.
En mi experiencia como estudiante, incluyendo primaria, secundaria y universidad, puedo observar que la mayoría de primeros puestos en la actualidad están en nada, frustrados, enojados con sus padres por exigirles demasiado a tan temprana edad y se arrepienten de no haber disfrutado sus vacaciones de verano, en aquellos tiempos, de no tomar sus propias decisiones, de no haber aprendido a eliminar el stress ante un problema matemático, a no saber entender que para estar arriba hay que estar, primero, abajo.
Yo he sido un estudiante que vine de atrás para adelante, fueron mis ceros los que me enseñaron a sacar veintes, fueron mis errores los que me enseñaron el triunfo. Yo creo que nuestro presidente y nuestros maestros deben instruir a los jóvenes a no temerle al error.
Nuestros jóvenes temen en exceso fallar, sienten desde muy pequeños esa presión de ser “perfectos”, cuando eso es imposible y es muy tarde el día en que ellos se dan cuenta de eso.
Por eso la furia de muchos debido a su frustración, ese es un punto importante del por qué de la migración juvenil, también, el por qué del rompimiento en la comunicación entre las generaciones de padres e hijos. Hay que saber entender que el miedo que tenemos los padres al error no debe trasladarse a nuestros hijos, dejémosles que aprendan de sus errores, así nos duela, esperemos a que se levanten solos.
Nuestra verdadera enseñanza está dentro del círculo familiar, no dentro de un salón de clases.Y Sr. Presidente, la primera regla del buen padre es ser un buen esposo, eso incluye no cometer adulterio y mucho menos tener un hijo fuera del matrimonio.¿Quién es usted para decir quienes son buenos educadores? Usted acaba de dar un pésimo ejemplo a todos los jóvenes peruanos al ocultar el hecho de que tiene un hijo, en ese tiempo desconocido.
Yo pienso que el requisito para ser docente en el Perú es ser primero un buen padre o una buena madre, solo así estarán preparados para aconsejar, orientar y completar la educación de nuestros hijos, solo así el Perú estará en buenas manos.
Empezando, por supuesto, por nuestro mandatario.
Colaboración: Oscar Ocaña.
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