El trayecto comienza aquí en Hebrón, los niños comienzan su día yendo al colegio enfrentándose antes de nada a un check point, los soldados les advierten del peligro que supone pasar y les recomiendan que vuelvan a sus casas. Los niños intentan escabullirse de los soldados para pasar el control.
El ánimo y espíritu de los niños llega a ser sorprendente. Los más mayores, lo intentan con más ímpetu, y algunos son arrestados, y aun así, todavía asoma a sus ojos la determinación y dignidad.
Lo que no cabe duda es que ni un solo niño ha quedado al margen de las consecuencias por hechos vividos bien directamente en su persona o por hechos de los que ha sido testigos.
Consecuencia de ello es que un 80% de las madres y padres palestinos da cuenta del cambio en la conducta de sus hijos, lo que los especialistas atribuyen al aumento de la tensión psicológica entre la población infantil palestina afectada por la violencia en la que viven de forma cotidiana, que viene a perjudicar su estabilidad emocional, su rendimiento escolar, su comportamiento, sus relaciones familiares y sociales, sus estándares éticos, y su visión de la vida que está completamente distorsionada.
Sólo en Gaza existen 11 centros de ayuda psicológica para los menores que necesitan superar traumas; traumas que por otra parte les acompañarán durante el resto de sus vidas.
Un 55% de los niños y niñas palestinos ha sufrido el terrible impacto de ser testigos de la vejación y humillación de sus padres por parte del ejército israelí, lo que les supone un tremendo golpe psicológico en términos de desolación, miedo y frustración al comprobar que sus padres son personas vulnerables que ya no pueden protegerles. Un 80% de la población infantil Palestina ha vivido en primera persona la demolición de su propia casa o la de un ser querido, amigo o familiar.
Es encomiable el mérito de estos niños y niñas, adolescentes y jóvenes palestinos que acuden cada día a los centros de estudios pese al ambiente en el que viven y es que la mayoría de las familias cuenta con algún muerto, herido, o detenido entre sus seres queridos; viven bajo el umbral de la pobreza, sus casas han sido destruidas o dañadas de algún modo y en algún grado; han de ayudar -si no trabajar- para el sostenimiento de la familia y todo eso después de acudir a clase y hacer sus deberes; muchos de ellos ya han sufrido la experiencia traumática de la pérdida de un compañero, un amigo o un vecino por muerte violenta y siempre a manos del ejército de Israel; su alimentación es precaria y su vida no parece tener futuro.
Un 55% de los niños y niñas palestinos ha sufrido el terrible impacto de ser testigos de la vejación y humillación de sus padres por parte del ejército israelí, lo que les supone un tremendo golpe psicológico en términos de desolación, miedo y frustración al comprobar que sus padres son personas vulnerables que ya no pueden protegerles. Un 80% de la población infantil Palestina ha vivido en primera persona la demolición de su propia casa o la de un ser querido, amigo o familiar.
Es encomiable el mérito de estos niños y niñas, adolescentes y jóvenes palestinos que acuden cada día a los centros de estudios pese al ambiente en el que viven y es que la mayoría de las familias cuenta con algún muerto, herido, o detenido entre sus seres queridos; viven bajo el umbral de la pobreza, sus casas han sido destruidas o dañadas de algún modo y en algún grado; han de ayudar -si no trabajar- para el sostenimiento de la familia y todo eso después de acudir a clase y hacer sus deberes; muchos de ellos ya han sufrido la experiencia traumática de la pérdida de un compañero, un amigo o un vecino por muerte violenta y siempre a manos del ejército de Israel; su alimentación es precaria y su vida no parece tener futuro.
Sin embargo, están convencidos de que la educación les permitirá cambiar su destino: la educación constituye para el pueblo palestino una forma de resistencia.
En las fotos se pueden ver a las alumnas quieren ir al colegio como muchas otras niñas de nuestro país pero no entiende por qué no pueden ir, y yo tampoco. VIOLAN LOS DERECHOS BÁSICOS, EL DERECHO A LA EDUCACIÓN.
Mas que las palabras me impactan las fotos. ¿Como se puede apuntar con un M16 a un niño? ¿Serían capaces de disparar a un niño? Bueno, me imagino el punto de mira de ese fusil, con la cruceta apuntando a una criatura...
Pese a que la IV Convención de Ginebra, en su artículo 24, establece el derecho inalienable de los niños a su propia cultura y educación, Unicef ha testificado como desde el comienzo de la segunda Intifada alrededor de 1.300 escuelas han sufrido serios problemas de índole diversa en su labor docente debido a los toques de queda, los asedios, los asaltos, los cierres y la propia destrucción de los edificios que albergan las escuelas y universidades.
Esta es la realidad. Niños y niñas enfrentándose a una ametralladora cuando se encaminan al colegio. Soportando valientemente la mirada del soldado que hace guardia, sin bajar su arma, mientras que abren sus libros e intentan no perder ese día de colegio.
"Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita...La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión [y] la tolerancia..." Declaración Universal de los Derechos Humanos, Artículo 26. 1948.
"Velar por que [para el año 2015] los niños y niñas de todo el mundo puedan terminar un ciclo completo de enseñanza primaria y por que tanto las niñas como los niños tengan igual acceso a todos los niveles de la enseñanza. "Declaración del Milenio Párrafo 19. 2000.
Fuente: Bitácora Lápices para la paz.
Fuente: Bitácora Lápices para la paz.
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