les pagamos– en lugar de joder? Ya bastante daño se ha hecho desde esa universidad
a la sociedad con tanto radicalismo estúpido pasado, pues eso fue incluso un fértil semillero
de senderistas y emerretistas años atrás. A ver si se dedican a recuperar el nivel académico
que perdieron desde finales de los 50". Aldo Mariátegui en su columna de Correo. (09/05/08)
Este tipo de conflictos sociales suele presentarse a través de los medios de prensa desde un análisis somero y superficial, con la penosa consecuencia de que quede en la retina de la sociedad una impresión equivocada. Pasó con el caso Ilave, en Puno, que seguramente quedó en la imagen de todos como un pueblo lleno de primitivos violentistas, cuando los estudios serios sobre el tema han demostrado que el problema fue muchísimo más complejo que comprendió diversos llamados a las autoridades capitalinas y diversas asambleas aymaras donde se tomó la decisión, por poner algunos temas.
Lo medular del problema
El rector de San Marcos firma el acuerdo con la Municipalidad de Lima en que se cede un espacio para la construcción del by pass. El acuerdo necesitaba de la aprobación de la asamblea universitaria (donde participan los alumnos con voz y voto). Formalmente se consiguió el consenso mediante la votación que fue favorable, fue de 31 votos a favor, 30 votos en contra y 30 abstenciones; por esto se firmó el acuerdo. Materialmente sin embargo, el consenso necesario no se consiguió, pues se ganó con un solo voto que si algo demuestra es el grado de polarización respecto del tema. En mi opinión debido a la inmensa importancia del acuerdo (¡se cedía propiedad de la universidad!) esto no era suficiente y se debió llevar el tema a un proceso de diálogo con los actores de la universidad: autoridades, profesores y alumnos.
Los alumnos de San Marcos reclaman por el espacio que se le ha quitado a la universidad para la construcción del by pass, y toman las facultades e impiden que se siga construyendo en ese espacio. Los policías se meten a la universidad como si fuese su casa y los sacan con violencia (estúpidamente), los alumnos responden con más violencia.
Pero… ¿cómo no van a protestar si les han quitado parte de su predio sin su autorización (o al menos respeto por su participación)? ¡Claro que debieron preguntarles!, ¡claro que se debió dialogar!, las cosas al caballazo salen así. Por supuesto que la violencia es desdeñable pero no es sólo responsabilidad de los alumnos, sino también de la policía, del ministro del interior y del alcalde, todos ellos tienen la culpa de la violencia. Si van a llamar vándalos a los alumnos, exijo lo propio para los otros también.
En universidades privadas esto debe sonar a chino, porque los grados de participación democráticas en éstas están muy reducidas. Pero en universidades públicas, especialmente el caso de San Marcos, la situación es otra, pues es una universidad que refleja la verdadera situación social del Perú: pobreza, necesidades, conmoción social, etc. Los alumnos de San Marcos protestan porque se sienten realmente comprometidas con su universidad, porque ellos no son sólo consumidores de ésta, son parte de este gran mundo llamado universidad.
El problema social suscitado trasciende los esquemas jurídicos, los criterios formalistas, los criterios técnicos. Se trata de problemas sociales que deben ser entendidas en toda su magnitud, no nos detengamos en la anécdota pensemos con más detenimiento, filtremos la información recibida. Nadie es tan estúpido de protestar por nada, sobre todo gente preparada como los hay muchos en San Marcos.
Nadie es tan estúpido, excepto Aldo Mariátegui.
Fuente: Blog Reacciones.
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