El Parlamento Europeo decidió, por votación, no incluir en la lista de organizaciones terroristas al MRTA. Tampoco lo ha estado en la de EEUU, aunque suene increíble. El gobierno de Alan García ordenó a su Embajador Valdez (servil ex viceministro de RREE con Fujimori) operar en este sentido en Bruselas, pero, con Embajada y todo, fracasó. El eurodiputado Salafranca –promotor de la moción- declara ahora no haber estado adecuadamente informado de lo que impulsaba. García quiere responsabilizar de ello a APRODEH y a Francisco Soberon, un incansable activista de los derechos humanos que ha encabezado las más importantes denuncias de violaciones a los DDHH en las ultimas décadas, enfrentando la militarización del país y las bandas paramilitares articuladas desde el Estado, así como condenando –sin tapujos- las acciones terroristas de SL y del MRTA. ¿Qué ha hecho que ahora lo quieren investigar los Souza (abogado de Fujimori) y Giampietri (jefe operativo de la matanza de El Frontón) desde el Congreso? ¿Por qué barbaridad retiran del Consejo Nacional de DDHH del Estado a la Coordinadora de ONG de DDHH, al CEAS, la Defensoría y el Concilio Evangélico? ¿Por qué le pide cuentas sobre supuestos gastos dinerarios a Soberon, Agustín Haya, tránsfuga de Izquierda Unida, hoy empleado de García a cargo de APCI, que conoce su integridad moral, personalmente, hace varias décadas?
Soberón –ex vicepresidente de la FIDH- respondió la consulta de europarlamentarios, verdes y de la izquierda europea, sobre la pretensión del gobierno de García de que el Parlamento Europeo incluya al MRTA en la lista de organizaciones terroristas. Les dijo que, aunque ha condenado los actos terroristas del MRTA hace años, esta organización no opera y es prácticamente inexistente. Ajeno al pacto infame de hablar a media voz, Soberon les explica la intensa campaña, del Gobierno de García, de criminalizar la protesta social y perseguir a quienes –con razón- reclaman justicia social y equidad a quien gobierna para los más ricos, permite un brutal alza del costo de vida para los más pobres y responde con plomo la demanda de pan de amplias mayorías, como lo revelan los muertos en las huelgas mineras y el Paro Nacional Agrario.
Soberón, que no canjea la verdad por un puesto público bien pagado, advierte que el gobierno monta las condiciones y ejecuta un plan de criminalizar los movimientos sociales populares y reprimirlos, como lo muestran las leyes que para someter a las ONG criticas a su política o defensoras del medio ambiente; para dar no menos de 4 años de cárcel a quien bloquee el tránsito (sin daños materiales ni personales) en el transcurso de una huelga o protesta; para otorgar impunidad a quienes disparen sobre manifestantes (como en el caso de los campesinos asesinados con tiros en la cabeza en Ayacucho). Soberon devela la verdadera motivación del lobby y la campaña apro-fujimorista en Bruselas. Y lo hace a través una simple carta a quienes le preguntan, sin aspaviento alguno, ni plan preconcebido. Y la maniobra que pretendían imponer en Bruselas, no tiene éxito.
Entonces, Alan García inicia una farsa, al grito de ¡Traición a la Patria! De inmediato, sigue la fanfarria congresal: Souza, Giampietri y Mulder pidiendo “investigación parlamentaria”. Y claro, el infaltable pronunciamiento militar con el que García y su locuaz -pero cada vez más penoso- Ministro de Defensa, Antero “Pachequito” Flores Araoz, propician el carácter deliberante de las FFAA haciéndolas “declarar” que hace un año el MRTA decidió reactivarse, en Jaén, Cajamarca. Nada menos que donde se enfrentan comunidades y ronderos campesinos con las poderosas empresas mineras que tanto engríe García.
¿Por qué infla el gobierno el globo MRTA? ¿Está asediado por el MRTA? ¿Hay acciones del MRTA desde el fracasado secuestro en la embajada japonesa bajo la dirección de Serpa, 10 años atrás? ¿Opera el MRTA o es tácitamente inexistente? ¿No dijo su fundador –Víctor Polay- ante la CVR, años atrás, que la lucha armada no se justifica y es inviable, mientras admitió haber cometido acciones violatorias de los DDHH y reconoció responsabilidades? ¿Entonces? Pues lo que señala Soberon: es una excusa para criminalizar la protesta. Y yo agrego, para justificar la arbitraria detención de la hija del ex presidente regional (IU) de Ayacucho, Fermín Azparrent, desde hace semanas, junto a Melisa Patiño y otras 5 personas por participar en un evento bolivariano en Ecuador.
¿Por qué se lanzan García, Giampietri y Souza al cuello de Soberon y de Aprodeh? No sólo por evidenciar sus intenciones, sino –sobre todo- por haber impulsado exitosamente, en los momentos más duros y difíciles, las denuncias y los procesos internacionales sobre la matanza de Accomarca (1985), los penales (1986), Cayara (1988), Barrios Altos (1991) o La Cantuta (1992), bajo García y Fujimori. Y por haber sido vanguardia por la extradición de Fujimori, cuando García, del Castillo y Giampietri callaban o entregaban al fujimorismo la presidencia de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso.
La incomoda verdad se abre paso. Los trabajadores expresaron su respaldo en el Mitin del 1 de Mayo. El felón que abandonó su programa electoral y monta esta sucia patraña para criminalizar la protesta social, Alan García (y la mafia que lo rodea), se evidencian como los verdaderos Judas a los derechos y demandas del pueblo. Y entre la patraña y la verdad, el penoso silencio de los que se acomodan o cuidan sus intereses personales.
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