El Cardenal, Juan Luis Cipriani, parece un vocero mas del modelo educativo neoliberal, que viene imponiendo el gobierno aprista, que un pastor de la Iglesia Católica.
El mismo que opinó que "los Derechos Humanos es una cojudez" dijo, en principio, los estudiantes que están en posibilidad de pagar su educación en una universidad pública deberían hacerlo por una cuestión de "solidaridad y justicia". Agregó, en tal sentido, que la actual uniformidad que existe en las universidades públicas de no pagar por los estudios no ayuda ni a una adecuada exigencia académica ni a una buena administración de los dineros públicos.“Hay que poner orden en algo que creo es de justicia general. El que tiene y acredita tener, debe pagar y, por otro lado, también es una manera de exigirle un mejor rendimiento, porque el que paga su instrucción, evidentemente, va a cuidar más mantener un buen resultado para no perder el beneficio de un pago”.
Nunca hemos escuchado manifestar, de parte de un miembro del alto clero, tanta hipocresía, pues si tanto le preocupa la buena administración de los dineros público debería renunciar al sueldazo, equivalente a la de un Ministro de Estado, que gana sin trabajar; además de los otros sueldazos que perciben los miembros de la Iglesia Católica.
Manifestar que como consecuencia de la gratuidad de la enseñanza superior se permite la existencia de estudiantes para mantenerse, año tras año, en una universidad del Estado protestando y haciendo desorden, es soslayar el derecho a la igualdad de oportunidades que deben tener los estudiantes. Por principio la gratuidad de la enseñanza es un derecho inherente al ser humano, pues permite aspirar a acortar las diferencias sociales y, además, a la realización personal, por consiguiente no se puede considerar a la educación pública como responsable de conflictos sociales.
El "Cardenal de Fujimori", sin ningún empacho, dijo que “Cuando todo es gratis, se rompe gratis, se para gratis, se incendia gratis, se están años gratis”, por lo tanto en reciprocidad se puede pensar que cuando se gana un "sueldazo" gratis, sin trabajar, se tiene que justificar tamaño regalo, convirtiéndose en agentes serviles de todos los gobiernos de turno.
El pensamiento neoliberal, compartido por Martha Hildebrandt-Mercedes Cabanillas- Chang y compañía, consideran a los derechos de los ciudadanos como cargas para el Estado, no obstante de vivir como parásitos del escuálido presupuesto nacional. En tal sentido pretender que pagar por la educación es una cosa muy buena para cualquier institución y también para la formación de los estudiantes, como lo sostiene Cipriani, es una miopía social que raya en la conchudez. Sin embargo este "Fariseo neoliberal" no practica con el ejemplo, pues bien es sabido que la "Institución" de la Iglesia Católica no paga ningún tipo de impuestos por sus propiedades y negocios terrenales, sobre todo sobre las ganancias obtenidas como mercachiles de la educación.
El "Cardenal globalizado" por la corriente económica neoliberal considera que en la actualidad han proliferado un gran número de universidades estatales en el Perú, representando para el presupuesto público un desembolso importante, pero calla en todos los idiomas sobre el CONCORDATO que obliga al Estado peruano, por ende a todos los peruanos Católicos y no Católicos, mantener a éstos zánganos de la sociedad que viven "sin ningún esfuerzo".
Colaboración por Herald/La voz de libertad/Sute 17.
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