Discover Petroleum es una empresa noruega interesada en obtener la concesión de lotes para exploración petrolera. En octubre del año 2008 unos audios hechos públicos en torno a como se consigue esas concesiones, emulan lo sucedido el año 2000. Los audios revelan corrupción; pero, no determinan culpas con la misma inmediatez.
Para seleccionar a los concesionarios de lotes petroleros, Perupetro establece reglas, que incluyen vallas para impedir llegar a quienes carecen de capacidad. Sus reglas deben evitar la discrecionalidad de otorgar o negar lotes a quien se desee. Discover Petroleum es un postor al que las vallas de Perupetro le resultaron altas. Las franqueó con ayuda de Petroperú, otro brazo del Estado, para quien Discover Petroleum es un postor idóneo. El Ministerio de Energía y Minas, instancia superior de Petroperú y Perupetro, indicó no estar enterado. Los “servicios” narrados por los audios residen en la capacidad de franquear las vallas.
Las posteriores declaraciones del Dr. Químper –ya como detenido– apuntan a una empresa que opera en el Perú y describen una “vendetta” en los negocios de hidrocarburos. Inevitablemente dejan el sabor de que la corrupción ronda el manejo de los contratos petroleros y abre la interrogante ¿cuánto más allá?
Si lo visto corresponde a lotes entregados mediante subasta, surge la interrogante: ¿Cómo habrá sido cuando se otorgaban vía negociación directa? Es el caso del Lote 56, que contiene las que fueron las reservas estratégicas de gas del país, para contrarrestar cualquier traspié con Camisea. El Lote 56 fue entregado direccionadamente, como si se tratase de un lote para exploración (donde hay que invertir capital para averiguar si hay o no hidrocarburos, con el riesgo de que no haya nada), cuando dicho lote contaba con reservas probadas de gas y líquidos por 18 mil millones de dólares a precios internacionales de aquel momento. Antes, las reservas fueron encontradas por Shell/Mobil y habían retornado al Estado.
¿Cómo queda el proceso de modificación de los contratos de Camisea –incluido el proceso de elaboración de la Ley 28852–, que permitió modificar el contrato de explotación del Lote 88, para comprometer para la exportación reservas destinadas al mercado interno? ¿Cómo quedó el caso Skanska de Argentina, con eco sobre el Perú, donde un audio revelaba se había destinado 1.8 millones de dólares para corrupción? ¿Y las denuncias hechas en México acerca de adecuar un proceso de licitación para comprar gas al Perú y los precios que se pagará y que se cobrará, todo ello vinculable a Camisea?.
El caso Discover Petroleum es venial en comparación a las modificaciones de Camisea. Si hay examen, éste debe partir por Camisea, porque éste tiene profundo efecto económico adverso para el Perú y mucho antes de lo que se piensa. Ya hoy se restringe el suministro de gas al mercado interno, no únicamente por falta de capacidad para transportar el gas a la costa, sino porque la producción no puede aumentar encima de cierto límite. Las 2 restricciones son para cumplir con la exportación.
Cualquiera que sea el escenario, no se podrá exportar el gas que se necesite aquí. Sería inocultable y socialmente intolerable. ¿Conducirá a que se reclame al Perú grandes compensaciones económicas, por incumplimiento de compromisos? ¿Por cambios a los contratos de Camisea? Si Discover escandaliza, no se puede dejar de mirar Camisea.
Fuente: Diario la Primera/ Por Carlos herrera Descalzi
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