Con el nombramiento de Mercedes Cabanillas en el Ministerio del Interior, la republiqueta presidida por García Pérez llega a una de sus circunstancias más risibles. ¿De cuándo acá puede nombrarse ministro de estado a una persona que no tiene conocimientos, ni experiencia en la materia a administrar, y que carece de estudios, siquiera básicos, en la temática de la policía, la seguridad, y la administración del orden interno de un país?
Definitivamente, la decisión de García de nombrar a la Cabanillas en Interior hace recordar el torpe escupitajo oral de mi amigo Hernán Garrido Lecca, cuando quiso nombrar a veterinarios como directores de hospitales para seres humanos. Parece ser que se está aplicando la filosofía de "improvisación permanente" del bipolar mandatario.
Si esto es así, si ésa es la manera de pensar del Gobierno, los peruanos nos veremos en la necesidad de tener que revisar el ordenamiento constitucional de nuestro país.
Para evitar estafas como el nombramiento de la Cabanillas en Interior, en un nuevo diseño político del Estado Peruano, el presidente de la república sólo debería proponer a los candidatos a ministros, quienes deberían ser evaluados por el Congreso, en audiencias públicas, en cuanto a sus antecedentes de educación y experiencia, previa investigación de mañas, vivezas y pendejadas personales (como evasión de impuestos, malos manejos públicos o privados, investigaciones a las que se encuentra sometido, antecedentes penales, vinculación con grupos de poder económico, actuación en defensa de intereses extranjeros, etc.).
Sólo después de audiencias de confirmación y contando con la aprobación de un verdadero Parlamento, el candidato a ministro podría ser nombrado como tal por el presidente de la república. Estamos seguros que si se hubiera seguido ese procedimiento, la deficitaria tía Cabanillas no podría aspirar a desempeñar el cargo de ministra del Interior.
Surge entonces la pregunta: si la tía Meche no sabe dónde está parada en cuanto a los problemas del Interior, ¿cuál será el papel que desempeñará en ese Despacho?
Sugerimos las posibles cuatro respuestas:
1. En una situación de recesión económica, elevado desempleo y descontento social y político, en los años finales de esta broma de mal gusto para el pueblo que es la presidencia de García, el régimen tendrá que meter harta bala para mantener el orden interno. En ello, la tía Cabanillas tiene experiencia pistolera desde fines de los años sesenta, cuando ordenaba a sus dos hermanos, matones a sueldo de la Universidad Villarreal, que patrullarán las azoteas de la UN Federico Villarreal premunidos de académicas escopetas, con el fin de amedrentar la protesta estudiantil de la época.
2. Las compañías mineras transnacionales, donde venden influencia política dos de los hermanos de la Cabanillas, estarán felices de saber que tendrán en el Interior a una sargenta defensora de sus intereses y lista para reprimir cualquier protesta de los trabajadores o la comunidad.
3. La intervención de la tía Meche en el ministerio de la CORPAC también busca organizar e hilvanar una nueva "moña", al estilo de la Villarreal y del SINAMOS, con el fin de intentar reclutar un mínimo de apoyo y base social para el venido a menos régimen garciísta. Para ese mangoneo, la Cabanillas puede mostrar como carta de presentación los años en los que ganó sueldo como "promotora" del velasquista "Sistema Nacional de Apoyo a la Movilización Social".
4. Finalmente, otro propósito de la Cabanillas en Interior es el de hacer caja para los años malos que tendrán todas estas sabandijas, una vez terminado el latrocinio quinquenal alanista. Como hemos mencionado anteriormente, García Pérez, Gonzales Posada, el tío George Del Castillo, y la Cabanillas forman parte del núcleo principal de vividores de la política, que convirtió en dinero la sangre de los mártires apristas, y que hoy tiene capturado el Estado Peruano.
Es una mofa al Perú que Mercedes Cabanillas haya sido nombrada ministra del Interior. Una persona carente de educación y experiencia en la materia y que, además, estudió Educación y nunca enseñó en un escuela primaria o secundaria, y que siguió la carrera de cooperativismo y nunca lo practicó profesionalmente, no es la persona con las calificaciones adecuadas para desempeñar el ministerio del Interior.
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