La enemistad política entre García, un "socialdemócrata" de 58 años, y Vargas Llosa, de 71 años y defensor a ultranza del libre mercado, se originó en 1987 cuando el escritor se opuso a un proyecto de estatización de la banca propuesto por el actual mandatario durante su primer gobierno (1985-1990).
El presidente del Perú, Alan García (izq.), se despide del escritor Mario Vargas Llosa, en el Patio de Honor de Palacio de Gobierno, en Lima. (Foto EFE)
Estamos “despegando” lento pero seguro, nos dijo en su largo y florido artículo y las flores lanzadas sin recato, llegaron prestas hasta palacio de gobierno, sin interposiciones ni mediaciones comedidas, ni de los Solari Checa, ni de los Delgado Parker. Y, como por encanto, el escritor cuniforme convirtió al otro inescrupuloso camaleón, en César. Al ladrón homicida lo transformó de Ali Baba en Abate Pierre. Es decir que trocó el pesticida maloliente en vaporizador de Guerlain o de Chanel.
Desgraciadamente, el terremoto hizo caer las flores de afuera y mostró nuestros temblores de adentro, revelando dolorosamente al mundo, que Ica continuaba atravesada de subdesarrollo crónico, con sus techos y sus muros de quincha y adobe, pero también con sus escritores fantasiosos, falsificando la realidad sobre un ética de papel, sólo porque que tienen eméritos pergaminos.
Nuestro Varguitas nacional, nos ha mostrado sin embargo que acceder a la filosofía de la rotación trocaderil, no es una cuestión de convicciones morales ni de principios etílicos y volátiles, sino de finalidades pragmáticas que su evolución política visualiza, en términos de rendimiento, lucro, utilidad, ventajas, rédito, dividendo, recompensa, incentivo, hacienda, capital, riqueza, caudal, fortuna, inversión…
Varguitas dejó de ser comunista para alabar a los socialistas, pero la seducción liberal se apoderó de su alma y evolucionó desde el fondo de la izquierda hasta la extremidad, extrema de la derecha liberal para aterrizar, sin complejos ni tormentos deplorables, en la bofetada reaccionario-conservadora de su anfitrión y según esta darwuinista evolución, es previsible que ambos se desplomen en su primogénita posición fecal… posliberal
¿Tiene sentido luchar contra la ley de la gravedad…?
¿Un champancito hermanito?
¿Cómo has cambiado pelona?
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